Otra de esas recetas fáciles de hacer y con la que tendremos casi garantizado el éxito al sentar alrededor de la mesa a los reyes de la casa.
Los ingredientes,
- Tres pechugas de pollo, o el número de filetes que necesitemos de rollitos
- Lonchas de queso, tantas como filetes de pechuga
- Lonchas de jamón serrano, tantas como filetes de pechuga
- Un vaso de vino fino ecológico Piedra Luenga
- Sal
- Pimienta
- Palillos de dientes
Elaboración
Fileteamos las pechugas y en nuestro caso hemos conseguido sacar un total de 18 filetes.
Salpimentamos uno a uno los filetes. Salpimentar no es otra cosa que espolvorear pimienta y sal en los filetes. En nuestro caso nos gusta usar pimienta recién molida.
Una vez salpimentados le ponemos a cada filete una loncha de jamón serrano finita, si está un poquito entreverao (vamos, que tenga su poquito de tocinillo) mejor que mejor.
Sobre la loncha de jamón pondremos la loncha de queso. En esta ocasión hemos utilizado queso fundido, pero podría valer cualquier otro tipo de queso que nos permitiera enrollarlo sobre sí mismo, bien en lonchas o bien de los de untar.
Ahora pasaremos a enrollar la composición para que se nos quede tal y como aparecen en la fotografía siguiente. Para que no se nos deshagan los rollitos los trinchamos con un palillo de dientes.
Procedemos con el resto de filetes de la misma manera hasta obtener un resultado similar al siguiente
Para aromatizar con el vino fino hemos elegido el ecológico Piedra Luenga de Bodegas Robles que por sus características nos enriquecerá hasta límites insospechados esta receta y la salsita que vamos a obtener.
Lo “único” que tenderemos que hacer es regar por encima los rollitos con un vaso generoso de este vino. Al regarlos por encima facilitamos que el vino se incorpore totalmente al interior de los rollitos.
Lo introducimos en el horno precalentado a 200 grados durante unos 20-25 minutos, como siempre, los tiempos dependen del tipo de horno. Si vemos que se nos están quemando o dorando en exceso por encima los podemos cubrir con un pliego de papel de aluminio para evitar que se nos chamusquen en exceso.
Al final se nos deberían quedar más o menos como sigue
Los podemos presentar de las dos siguientes formas o de cualquier otra que nos resulte cómoda.
Ahora sólo os queda que os animéis a probar a hacerlos.
Lo único que sé es que a nuestros hijos les han encantado. Se los hemos puesto acompañados con un poco de arroz blanco mezclado con la salsa de queso tan rica que hemos obtenido con el queso y el vino.
Córdoba, 14 de Octubre de 2011
Hoy hemos tenido la más que agradable sorpresa de que una buena amiga y seguidora de este nuestro blog nos ha enviado unas fotos para mostrarnos los magníficos rollitos con los que ha sorprendido hoy en casa.
La verdad es que tienen una pinta estupenda y hemos de reconocer que ese toque con las uvas es muy enriquecedor, además de delatar su origen manchego.
Elena, muchísimas gracias por el detallazo.
Yo te propongo una variante, aunque se que tu vino de Montilla es irremplazable, pero queda muy bien con Brandy, y un buen chorreón de aceite de oliva virgen, por supuesto.
Marta, muchísimas gracias por estas dos interesantes aportaciones.
La idea del brandy me parece excelente (cómo sabes en nuestra zona d einfluencia, Montilla, tenemos algunos que son para quitarse el sombrero).
Respecto al aceite de oliva virgen extra, le añadirá un toque indiscutible (el AOVE junto al buen vino son dos ingredientes indispensables e indiscutibles en mis recetas), sin embargo en esta ocasión prescindí de él por evitar cargar caloricamente el plato… si como proponía en otro comentario de hace unos días sustituimos el queso por unas verduritas, el AOVE no falta ni de broma.
Acabo de ejecutar la receta..¡para chuparse los dedos! No he podido cortar el pollo muy fino (falta de destreza con los cuchillos) y no he encontrado los palillos de madera a propósito para pincharlos. Aún así, jugosisímos y muy sabrosos. Lo del pollo, cuestión de práctica. Lo de los palillos, cuestión de empezar las recetas, como decía una conocida, comprando los elementos básicos para la misma..
Ignacio, ni te imaginas la ilusión que me ha hecho el leerte por aquí, pero mucha más ilusión el que la hayas puesto en práctica.
Lo del pollo, hay veces que no sólo es cuestión de práctica, sino de tener los cuchillos afilados y utilizar el adecuado.
Lo de los palillos, para la próxima si no los tienes los puedes atar con un poco de hilo de cocina o del mismo de coser. Y si tampoco tienes, siempre está la alternativa de aprovechar la coyuntura para tomarte un medio en el bar de la esquina con la excusa de pedírselos.
Menos mal que lo he leído después de cenar, Alfonso.
Aunque personalmente lo del queso en lonchas me lo prohíbe mi religión, la pinta es estupenda.
Lo del queso no es imprescindible, como casi siempre en la cocina «no pasa» gran cosa si lo eliminas o lo sustituyes por otro ingrediente.
Si te lo permite tu religión puedes probar a sustituir el queso en lonchas por unas rodajas de calabacin, o de tomate, o de berengenas o de … o incluso alternando esas mismas tres. Seguro que es hasta más sano.
En este caso el único «pero» es que a la salsa le faltará un poco de cuerpo, pero no le faltará sabor, eso es seguro.