Típica noche de domingo donde el cansancio aprieta, las ganas de levantarse del sofá son mínimas y, de repente, te acuerdas y preguntas en voz alta … para mañana ¿que comemos?.

Saltan las alarmas, y en ese mismo instante recuerdas que tienes un kilo de carne picada en la nevera y un poquito de jamón serrano que compraste para un salmorejo y que sobró un poco.

Algo así es lo que nos pasó hace unos días. La solución, rápida como una exhalación. Pastel de carne picada exprés, sólo cuatro ingredientes.

Ingredientes:

• Un kilo de carne picada, en este caso mezcla de cerdo y ternera. (leer reflexión más abajo)
• Doscientos gramos de jamón cortado a dados. Si tiene un poquito de tocino, mejor que mejor.
• Un vaso de vino oloroso (200 cc). Piedra Luenga Oloroso, de nuestra cepa ecológica.
• Un chorreón generoso de aceite de oliva virgen extra ecológico. De nuestros amigos Luque, gran familia y excelente aceite, y viceversa.

Método exprés:

Ponemos todos los ingredientes en un bol de cristal y los mezclamos bien.

Ponemos en el primer molde o recipiente que pillemos a mano y distribuimos y aplastamos un poco la carne con los puños para que quede lo más compacta posible.

Cubrimos con papel de aluminio y al horno.

El horno, o bien lo habremos precalentado hasta los 180º-200º o bien lo introducimos al encenderlo para aprovechar la energía del calentamiento.

Dependiendo de la opción que elijamos al hornearlo lo tendremos de 20 a 30 minutos, aproximadamente. Ya sabéis que el tiempo depende de cada horno.

Cuando se atempere lo desmoldamos con cuidado y lo cortaremos en rodajas del grosor que nos interese. También se puede cortar a daditos y servir como aperitivo.

Reflexión.

Mucho cuidado con la carne picada que compramos en las cadenas de supermercados. Últimamente estoy cogiendo la costumbre de leerme las etiquetas de los alimentos envasados, sobre todo los productos frescos, carnes, pescados… Casualmente, no leí la etiqueta de este kilo de carne, por llamarla de alguna manera, ya que de carne era sólo el 79% de lo que compraba… cada día lo tengo más claro.  Una cosa es buscar precios interesantes y otra cosa es que nos intente engañar con lo que compramos “a precio de saldo”.