Pues eso, mientras que pensaba en la costillita con al que me voy a premiar después de una excelente semana de repente me acorde de uno de esos pequeños caprichos “súper útiles” que de vez en cuando le acompañan a uno después de una feria de gastronomía, de visitar la sección de cocina de alguna buena gran superficie, o como es el caso de este capricho de mi última visita a mi hermano, amigo y gastrónomo Rafa a los EEUU, por desgracia hace ya mucho tiempo.

Sin más dilaciones os presento a mi pequeña infiltradora.

La foto la verdad es que le da un aspecto un tanto terrorífico, pero no es para menos, le caben nada más, y nada menos, que 45 cc de líquido y la aguja en vez de tener un único orificio en la punta viene doblemente perforada a dos alturas para poder infiltrar las carnes sin que se tapone.

No se porqué pero seguramente mañana antes de meter la costillita en el horno le voy a poner alguna que otra “banderilla” y la infiltre un poquito.

Jamás se me olvidará el primer día que vi funcionar a su prima-hermana trabajándose a un pavo de yo no se cuantas libras que más que pavo parecía un avestruz, y que  posteriormente lo freímos en una olla especial para pavos que casi cabía dentro un servidor. Prometo buscar las fotos de tan magno evento y compartirlas con mis amigos de www.cocinadebatalla.com, porque realmente son dignas de ver.